Rincones menos conocidos de Zaragoza

La capital aragonesa tiene mucho que ofrecer y además de sus monumentos, plazas y parques, esconde otros lugares que pueden pasar desapercibidos a simple vista pero que merecen la pena explorar. Por aquí os dejo algunos que me parecieron de lo más interesante:

La Casa y el Arco del Deán

Rincones menos conocidos de Zaragoza

Detrás de la Catedral de la Seo se encuentra esta curiosa vivienda del s. XIII que está conectada con ella a través de un arco con ventanales que recuerda un poco al barrio gótico de Barcelona.

Actualmente pertenece a la Fundación Ibercaja para albergar parte del patrimonio del banco y no es posible visitarla, pero por lo visto en su interior se mantienen las techumbres mudéjares y otros elementos originales.

Además, este edificio cuenta con su propia leyenda: se dice que el arco fue una petición expresa del Deán (autoridad eclesiástica), quien debía ser un poco huraño y no quería cruzarse con nadie cuando iba a realizar sus quehaceres en la Seo. Pero dicha petición le fue denegada y entonces el Deán recurrió al mismísimo Lucifer para conseguir su própósito, que aceptó realizar la construcción en una noche a cambio de las almas de todos aquellos que pasaran por debajo del arco.

No sabemos si nuestra alma pertenece ya a Lucifer, pero creemos que merece la pena arriesgarse para poder admirar esta joya arquitectónica.

Pasaje del Ciclón

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El Pasaje del Comercio y de la Industria, popularmente conocido como el Pasaje del Ciclón, es una de las tres últimas galerías comerciales de arquitectura modernista que quedan en España junto al Pasaje de Lodares de Albacete y el Pasaje Gutiérrez de Valladolid.

De influencia francesa, esta galería decimonónica se construyó para el disfrute de la pequeña burguesía y las clases altas de la Zaragoza de la época. Cuenta con dos galerías que se cruzan en el centro dado lugar a cuatro entradas: la de la Plaza del Pilar, la de la Calle Santiago, la de la calle Alfonso I y la de Delegación del Gobierno.

El porqué de este curioso nombre viene dado por la antigua tienda de juguetes «El Ciclón”, que ocupaba gran parte de su interior y que además fue uno de los últimos comercios en cerrar. Hoy en día está ocupado en su mayoría por locales de restauración, pero igualmente merece la pena echar un ojo si se está en las inmediaciones de la Plaza del Pilar.

Pasaje de los Giles

Y de un pasaje pasamos a otro. El Pasaje de los Giles está situado en la zona de bares conocida como «El Tubo» y al cual se accede tanto por la calle de los Estébanes como por la calle Cuatro de Agosto.

Rincones menos conocidos de Zaragoza

Tras años en estado de abandono, se acometió una reforma integral del edificio poco antes de la celebración de la Expo 2008 que integró apartamentos en la parte superior, locales comerciales en los bajos y patios acristalados donde se conservan los restos del Palacio de los Esteban del s. XVI (que presenta columnas de orden toscano), y las columnas modernistas diseñadas por el arquitecto Ricardo Magdalena.

El Caballito de la Lonja 

Detrás del edificio de la Lonja podréis ver una pequeña estatua de bronce que representa un caballito parecido a los que hay en los tiotivos. Se trata de un homenaje al fotógrafo Ángel Cordero, quien se instaló en 1925 en ese mismo lugar con un caballito de cartón piedra para retratar a quienes posaban con dicho animal, especialmente a los niños que se subían a él soñando con cabalgar.

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Años después de su retiro, el Ayuntamiento quiso recordarlo colocando en esa misma ubicación una estatua de bronce que representara el caballito de cartón, para que pequeños y mayores pudieran seguir haciéndose fotos con él.

Un patio del s. XV en un centro comercial

En la segunda planta del espacio comercial Puerta Cinegia se conserva un patio gótico del s. XV, que se utiliza como galería de arte. Para poder verlo tenéis que coger el ascensor de cristal situado al lado de la estatua gigante de César Augusto y ya se ve nada más salir a la derecha.

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Dentro de este gran complejo comercial también se encuentran integrados otros elementos antiguos de interés, como los fragmentos de sillares de la muralla romana, restos de dos arranques de torreón de la antigua Puerta Cinegia del s. III, una escalera barroca perteneciente a un palacio del s. XVIII (edificio nº18 de la calle Cuatro de Agosto) y las fachadas de la calle Cuatro de Agosto declaradas Bien de Interés Ambiental.

Una techumbre mudéjar en un bar

Aunque a simple vista es un local más de la zona de El Tubo, merece la pena entrar en el Bar Mestiso de la calle Cinegio para descubrir esta pequeña joya que se encuentra en su interior. Para ello hay que adentrarse hasta la parte central y dirigir nuestra cabeza hacia arriba para descubrir una techumbre mudéjar de los s. XIV-XV. Además, también tiene un gran arco de ladrillo sostenido por varias columnas que merece la pena mirar con detenimiento.

Museo del Origami

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Cuando hablamos de origami normalmente se nos viene a la mente Japón, pero en este caso no hace falta irse hasta tan lejos para disfrutar de tan originales creaciones, ya que en Zaragoza encontraréis el primer museo dedicado al arte de la papiroflexia del Europa. Se localiza en la segunda planta del Centro de Historias de Zaragoza, situado en la Plaza San Agustín.

 Horarios

  • Lunes: cerrado.
  • Martes a sábados: de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00.
  • Domingos y festivos de 10:00 a 14:30.

 Precios

  • General: 3€.
  • Entrada gratuita: primer martes de cada mes, 29 enero, 23 abril, 18 Mayo, 12 Octubre, 11 Noviembre.

Una torre inclinada

Rincones menos conocidos de Zaragoza

¿Sabíais que en Zaragoza existe una torre inclinada similar a la de Pisa? Nada menos que en una esquinita de la famosa Plaza del Pilar se encuentra la iglesia de San Juan de los Panetes, cuya particularidad es su inclinada torre octogonal del s. XVI. Su defectuosa cimentación, cercana al río Ebro, hizo que desde muy pronto se manifestara una visible inclinación aunque pronto se estabilizó y así se ha mantenido hasta hoy en día.

El templo actual pertenece al s.XVIII y sustituyó a la iglesia de la Orden de San Juan de Jerusalén o de los Hospitalarios, destruida en un incendio. Como curiosidad, su nombre se debe al reparto de pequeños panes que se hacía en su puerta como labor de caridad hacia los más desfavorecidos.

Un palacio con historia de amor

A finales del s. XIX, un naviero vasco llamado Miguel Larrinaga conoció a su futura esposa Asunción Clavero en la Basílica del Pilar. La pareja se casó y se fueron a vivir a Liverpool, donde él dirigía la empresa familiar, y en prueba del amor que Miguel le tenía a su esposa, le prometió que cuando se jubilaran regresarían a la ciudad. Para ello, en 1900 le encargó «Villa Asunción» a uno de los arquitectos más importantes de la ciudad en esa época.

Pero en 1939, cuando el palacio estaba esperando la jubilación de la pareja, la muerte de Asunción truncó sus planes. Y como Miguel no se imaginaba la vida en ese palacio sin su esposa, lo vendió en 1946 a una empresa aragonesa de ascensores, quienes emplearon el edificio como oficinas.

Más adelante, el Palacio de Larrinaga fue un colegio de los hermanos Maristas, y finalmente Ibercaja se hizo con él en 1993, lo restauró y recuperó todo su esplendor anterior.

Callejón de Lucas

Pasear por el casco histórico del Arrabal es hacer un viaje al pasado. Sus calles estrechas y empedradas nos trasladan a la Zaragoza del s. XVIII y en un rinconcito que pasa desapercibido se encuentra el Callejón de Lucas, la única calle cubierta de Zaragoza.

Rincones menos conocidos de Zaragoza

Este túnel tiene unos cañizos en todo el techo y desemboca en una especie de patio donde hay dos casas de campesinos de arquitectura popular aragonesa muy bien conservadas que no se ven en ninguna otra parte de la ciudad.

¿Y quién es el tal Lucas y por qué este callejón lleva su nombre? Mariano Lucas Aced, más conocido como el Tío Lucas, era un labrador que participó en el levantamiento popular de Zaragoza del 24 de Mayo de 1808 contra Napoleón. Peleó sin descanso defendiendo el Arrabal de los ataques franceses hasta su muerte el 14 de febrero de 1809, durante el asalto al Convento de San Lázaro.

Un barrio de cine

El día que llegamos a la ciudad me explotó la cabeza al ver un tranvía cuyo destino final era Mago de Oz… gracias a un local descubrimos que existe un barrio llamado Valdespartera cuyas calles son nombres de películas, pura fantasía.

Rincones menos conocidos de Zaragoza

Investigando descubrí que en el verano de 1958, la zona donde se sitúa hoy el barrio se transformó en un desierto de Oriente para la película de Hollywood Salomón y la Reina de Saba. Aquello fue un acontecimiento memorable en la ciudad y cuando se decidió construir el nuevo barrio zaragozano decidieron rendir homenaje a aquel hecho, convirtiendo el callejero en una gigantesca cartelera con títulos emblemáticos de la historia del cine.

¿Os imagináis decir que vivís en la calle El Resplandor, o quedar en la Plaza Ben – Hur? No sé a vosotros, pero a mí desde luego me parece genial, y cuanto menos, muy original.

Street art

Rincones menos conocidos de Zaragoza

No es un lugar como tal para visitar, pero merece la pena mencionar que Zaragoza es una de las ciudades con más arte urbano en su casco histórico de España. Desde 2005 el Festival Asalto inunda de arte y color las fachadas y las calles de la ciudad, a la vez que también sirve como reclamo para atraer a locales y turistas.

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