Lugares menos conocidos de Lisboa
 
						    Que la capital portuguesa tiene mucho encanto no es un secreto. Y dada su cercanía, es uno de los destinos preferidos por los españoles. Pero aparte de sus bonitas calles empedradas, de sus azulejos y sus monumentos más conocidos, siempre hay algo nuevo que descubrir. Por eso, aquí os dejo este listado de lugares menos conocidos de Lisboa que os hará ver la ciudad con otros ojos:
Tabla de contenidos
- 1 La librería más antigua del mundo
- 2 La librería más pequeña del mundo
- 3 La casa más antigua de la ciudad
- 4 Una pagoda tailandesa
- 5 La Lisboa romana
- 6 Palácio Fronteira
- 7 Casa do Alentejo
- 8 Convento dos Cardaes
- 9 Miradouro de Graça
- 10 Vila Berta
- 11 Arte Urbano
- 12 Estaciones de metro
- 13 Manteigaria y Castro, pastelerías alternativas a Belém
- 14 El convento que fue fábrica de cerveza
- 15 Restaurante chino clandestino
La librería más antigua del mundo

A tan sólo unos pasos del mítico Café A Brasileira en la Rua Garrett se encuentra la Livraria Bertrand, que fue fundada en 1732 por Pedro Faure y por ello se lleva el título de la librería en funcionamiento más antigua del mundo. Inicialmente estaba ubicada en la Rua Direita do Loreto, pero después del terremoto que asoló Lisboa en 1755 se vio obligada a trasladarse a su dirección actual en pleno barrio de Chiado.
La librería más pequeña del mundo
Seguimos con otra librería, pero en este caso ostenta otro récord, el de la librería más pequeña del mundo. Se llama Livraria Simão, está situada en las Escadinhas de São Cristóvão, y con unas dimensiones de apenas 4 m² es capaz de albergar nada menos que 4.000 libros de todo tipo. Tan pequeño que sólo cabe a una persona a la vez, así que cada vez que entra un cliente, el vendedor tiene que salir primero.
La casa más antigua de la ciudad
Con esto dejo de daros la turra con lo de » la x cosa más blablabla del mundo», lo prometo. Esta pequeña casa del barrio de Alfama tiene más de 500 años y fue de los pocos edificios que se salvaron del famoso terremoto de 1755. Podréis verla en la Rua dos Cegos, 20.
Una pagoda tailandesa
Muy cerca de la famosa pastelería de Belém y el monasterio de los Jerónimos se encuentran los jardines de Vasco de Gama. Además de lo típico que puede encontrarse en un jardín, se encuentra una pagoda conocida como Sala Thai.

Esta construcción fue un regalo por parte de Tailandia a Portugal en 2012 conmemorando la primera llegada de europeos a territorio de Siam y las buenas relaciones con el país luso desde el s. XVI. Se fabricó en Bangkok, fue transportada en barco hasta Belém y montada allí mismo. Lo más curioso es que la pagoda fue ensamblada mediante encajes de madera, en una técnica ancestral del país asiático que no tiene clavos ni tornillos.
La Lisboa romana
Galerías Romanas
Bajo el asfalto de La Baixa se oculta un tesoro de la época romana en la que Lisboa era conocida como Olisipo. Se trata de una construcción abovedada subterránea que se empleaba en zonas en pendiente y con poca estabilidad para hacer de soporte en la construcción de edificios de grandes dimensiones.
A principios del s. XX las galerías pasaron a conocerse como Conservas de Água da Rua da Prata, ya que fueron utilizadas como cisterna. Están cerradas prácticamente todo el año y sumergidas en un nivel de agua de aproximadamente 1 m de altura procedente de aguas subterráneas que discurren bajo el subsuelo de Lisboa. Para poder ser visitadas es necesario llevar a cabo antes un arduo trabajo de drenaje de agua, limpieza y alumbrado por ello sólo pueden visitarse 3 días al año y lo consiguen los más rápidos.
Las fechas no son fijas y son anunciadas el Museo de la Ciudad de Lisboa con cierta antelación. El acceso es de lo más original, ya que se hace a través de una alcantarilla situada a la altura del nº 60 de la Rua da Conceição. La visita es gratuita, realizada por un arqueólogo y tiene una duración de unos 15 minutos.

Fuente: JOSÉ AVELAR / MUSEU DE LISBOA
Lápides das Pedras Negras
Otro recuerdo de la Lisboa romana que puede pasar desapercibido se encuentra en la fachada de un edificio del s. XIX de la Travessa do Almada. Se trata de las llamadas Lápides das Pedras Negras, cuatro inscripciones funerarias dedicadas a Cibeles y Mercurio que fueron clasificadas como Monumento Nacional en 1910.
Teatro Romano
Fue construido en una ladera de la colina del castillo de San Jorge durante la ocupación romana de la ciudad. A partir del s. IV el teatro se abandonó hasta su recuperación en 1798, cuando se descubrieron estos restos a raíz de las reconstrucciones y excavaciones posteriores al gran terremoto de 1755. El Museo está formado por la visita a las ruinas y un área de exposición con ejemplos del legado romano (capiteles, cerámicas, esculturas, entre otros elementos).
Horario
- Lunes: cerrado.
- Martes a domingo: de 10:00 a 18:00 h. Última entrada a las 17:30h.
Precio
La entrada cuesta 3€.
Casa dos Bicos

En la planta baja de la sede de la Fundação José Saramago se ha habilitado un pequeño espacio museológico donde se pueden visitar los restos de una cetárea de grandes dimensiones, un fragmento de muralla y una torre de vigilancia semicircular.
Palácio Fronteira
En la zona de Benfica cerca del mirador de Monsanto nos encontramos con el Palácio dos Marqueses de Fronteira. Es una espectacular edificación barroca del s. XVII que no suele estar muy concurrida. En el exterior destacan sus jardines repletos de fuentes, estatuas, azulejos, elementos marinos y figuras mitológicas, que alcanzan su culmen en un precioso estanque. Por dentro, sus puntos fuertes son la Sala de los Paneles Holandeses, la Sala de las Batallas y la Galería de las Artes.
Casa do Alentejo
La Casa de Alentejo o Palácio Alverca es un antiguo palacio del s. XVII que pese a su modesta fachada, oculta un magnífico interior donde se mezclan todo tipo de estilos, como por ejemplo un patio neoislámico, salones rococó, azulejos decorados, elementos Art Nouveau, etc.
Hoy en día el edificio tiene un uso cultural cuya misión es preservar la cultura y las tradiciones de la región de Alentejo mediante conferencias, recitales, presentaciones de libros, exposiciones o actos musicales.
Convento dos Cardaes
Fundado en el s. XVII para alojar a las monjas de las Carmelitas Descalzas, el Convento dos Cardaes es otra joya a descubrir. Fue de los pocos edificios que sobrevivieron al terremoto de 1755 sin apenas daños y hoy es un conjunto arquitectónico único en la ciudad.
Pese a su exterior austero, en el interior hay muchos tesoros como los azulejos holandeses que decoran toda la iglesia, o sus altares de tallas de madera dorada entre otros.
Miradouro de Graça
Con tanta cuesta y tanta colina, Lisboa tiene un montón de lugares donde disfrutar de unas bonitas vistas de la ciudad. Uno de los que tienen más ambiente es el Miradouro de Graça, situado junto al convento de mismo nombre y con una cafetería de precios ajustados donde tomar algo mientras se contempla el atardecer.

Además, desde aquí podréis observar prácticamente todos los monumentos de la ciudad como el Castillo de San Jorge, el Convento do Carmo o el Elevador de Santa Justa.
Vila Berta
Esta pequeña colonia fue construida a principios del s. XX para solucionar el problema de vivienda que surgió a raíz de la revolución industrial. Eran unas viviendas diseñadas para albergar a los trabajadores que emigraban a Lisboa y que constituían una especie de barrio dentro de otro barrio.

Este ejemplo que vemos en el barrio de Graça fue una iniciativa de un empresario brasileño hijo de emigrantes portugueses, quien decidió invertir y poner en marcha este proyecto llamado Vila Berta. Caminando hacia el túnel de la Rua do Sol à Graça a un lado, las casas tienen dos pisos, azulejos decorativos y fueron hechas para la clase trabajadora; mientras que al otro lucen mucho más extravagantes y lujosas, con balcones de hierro decorados con flores construidos para la clase alta.
Arte Urbano
Otro de los atractivos de Lisboa es la gran cantidad de arte urbano que hay en sus calles. Podréis encontrar ejemplos de street art en zonas clásicas, como Alfama, la Avenida 24 de Julio o la Estación de Oriente. Llaman la atención los famosos animales de Bordalo II, repartidos por toda la ciudad.
 
  
Una forma muy buena de conocer el lado más alternativo de Lisboa es con un free tour en español, donde vereis murales, jardines y callejuelas llenas de encanto. Podéis ver más detalles en este enlace.
Estaciones de metro
Últimamente también se pueden encontrar murales y otras decoraciones originales en las estaciones de metro. En la estación de Picoas (linha amarela) por el acceso que sale a la rua Andrade Corvo, parece que nos hemos teletransportado a la capital francesa, ya que la entrada es exactamente igual a las de las estaciones parisinas de comienzos del s. XX. Y no es casualidad, sino que fue un regalo del Metro de la capital francesa.
La estación de Olaias (linha vermelha) está decorada con grandes paneles geométricos de colores junto con varias lámparas de metal y acrílico y una escultura en forma de pez.
Manteigaria y Castro, pastelerías alternativas a Belém
Además de todos sus monumentos, otra cosa por la que es famosa Lisboa es por los «pasteis de nata«. Y digo nata porque por lo visto sólo se pueden llamar Pasteis de Belém a aquellos que salen de la Antiga Confeitaria de Belém, quienes tienen la receta secreta de estos deliciosos dulces y además el copyright del nombre.

Y como no puede ser de otro modo, como es tan famoso ese lugar está siempre hasta arriba de gente, por lo que os propongo un par de sitios también conocidos pero menos saturados con unos pastelitos igual de buenos y crujientes, perfectos para tomar con un buen café. Podréis encontrarlos en Manteigaria (Rua do Loreto 2) y Castro (Rua Garrett 38 y Rua Áurea 254).
El convento que fue fábrica de cerveza
En pleno Chiado se encuentra este original restaurante llamado Trindade. A finales del s. XIII en esta ubicación se levantó el convento de la Santísima Trinidad para albergar a los monjes trinitarios. A lo largo de su historia, el edificio sobrevivió al paso del tiempo pero también a los terremotos de 1531 y 1755 y a dos incendios. Tras la expulsión de las órdenes religiosas, el convento permaneció abandonado hasta la llegada de un comerciante gallego que reconstruyó parte del edificio acondicionándolo como fábrica de cerveza siguiendo las técnicas alemanas.

Fue la primera fábrica de cervezas no sólo de Lisboa sino de todo Portugal, obteniendo mucho éxito. El propietario hizo decorar la fábrica con una impresionante azulejería exterior e interior que tiene que ver con la concepción del origen del mundo de las fraternidades masónicas que allí se reunían. Uno de los símbolos más conocidos es un ojo dentro de un triángulo (el ojo que todo lo ve), el Gran Arquitecto del Universo que ha creado todo.

En sus 8 siglos de existencia ha pasado de convento a fábrica de cerveza, de fábrica a logia masónica y finalmente a restaurante-cervecería donde disfrutar de una buena comida rodeado de un entorno inigualable.
Restaurante chino clandestino
Muy cerca de la Plaza Martim Moniz, concretamente en el segundo piso de la Rua da Guia 9, vemos unos farolillos chinos colgando de una ventana. Es el indicador de que ahí dan comida china de modo totalmente clandestino.

Nos lo recomendaron en un free tour pero no tuvimos ocasión de probarlo, aunque las reseñas del lugar son bastante buenas. Dicen que se sirve comida casera sencilla, abundante y a buena relación calidad/precio. El local está en un barrio donde hay mucho toxicómano y puede generar inseguridad, especialmente por la noche, pero se puede pasar sin problema.

 
