9 días en Nueva York (días 5-9)

En este post veremos la segunda parte del viaje de 9 días en Nueva York, donde recorreremos barrios como Hudson Yards, el Bronx, Harlem o el SoHo; nos iremos de paseo por Central Park, correremos una maratón y descubriremos nuevos miradores. Let’s go!!
DÍA 5
Hudson Yards
Como comentamos al inicio del post, el objetivo principal de este viaje aparte del meramente turístico es correr la famosa Maratón de Nueva York, por lo que aprovechamos que el día 5 tenemos que ir hasta Javits Center para recoger el dorsal y de paso conocer el nuevo barrio Hudson Yards. A continuación os cuento sus puntos más destacables:
The Vessel
Inaugurado en 2019, es sin duda la principal atracción de Hudson Yards y nuevo icono de Nueva York. Esta monumental estructura de 46m de altura ubicada en la Plaza Pública Hudson Yards fue diseñada por Thomas Heatherwick y consta de 154 escaleras revestidas de cobre, 2500 escalones y 80 plataformas de observación con distintas perspectivas del Río Hudson, New Jersey y Manhattan. Para su diseño se inspiraron en las cisternas escalonadas en la India y pueden albergar a 1000 personas a la vez.
The Shed
The Shed es un centro cultural cuya estructura puede expandirse o contraerse a voluntad gracias a un sistema de ruedas que tiene en el exterior del edificio. Está ubicado pegado al edificio 15 Hudson Yards y bordeando Public Square and Gardens. Allí se reúnen artistas de todas las disciplinas que van desde la música, la pintura, el teatro, la literatura, la escultura o la danza.
High Line Park
Este largo parque sobre una vía abandonada de tren ahora llega a Hudson Yards. A día de hoy tiene una extensión de poco más de 2 kilómetros, pero seguirá creciendo, puesto que ya existen planes para una expansión hasta Penn Station y pasando el Javits Convention Center hasta el muelle 76 de Hudson Yards.
Esta vía férrea elevada era utilizada para distribuir productos a las carnicerías industriales y mercados que abundaban en estas calles, pero con el paso de los años, el barrio comenzó un proceso de gentrificación. Con la llegada de nuevos vecinos, las fábricas se movieron a otros barrios y los viejos edificios fueron reconvertidos a discotecas, tiendas y restaurantes; por lo que ya no era necesario tener estas vías de tren.
Un grupo de vecinos conscientes del valor patrimonial de la estructura, propusieron que se transformara en un espacio para uso público y gracias a la presión ejercida podemos disfrutar de esta maravilla.
Mercado Little Spain
En la planta baja del centro comercial se encuentra el Mercado Little Spain, un espacio gastronómico dedicado a la comida española creado por el chef José Andrés y los hermanos Adrià, sumándose a la tendencia de espacios gastronómicos especializados como Eataly o Le District.
Está formado por tres restaurantes de distintos estilos y más de una docena de chiringuitos que ofrecen los platos más típicos de la gastronomía española: pintxos, churros, patatas bravas, tortilla de patatas y hasta empanadas gallegas.
Little Island
Este parque público de 2 hectáreas se inauguró en mayo de 2021 para reemplazar el abandonado Pier 54 del Hudson River, aportando un nuevo espacio a la ciudad para relajarse. Dicho muelle tiene un alto valor simbólico, puesto que aquí desembarcaron los supervivientes del Titanic en 1912, y para mantener viva su historia, conservaron la reja original del Pier 54 en la puerta de entrada al parque y los viejos pilares del madera del muelle.
Otro plan muy cerca del parque es subir al rooftop del Pier 57, un espacio abierto con césped que ofrece unas espléndidas vistas del skyline.
Chelsea Market
Construido en una antigua fábrica de galletas del s. XIX, este mercado o food court situado en el Meatpacking District cuenta con más de 35 restaurantes, cafés y tiendas; por lo que hay opciones para todos los gustos. Eso sí, suele estar siempre a tope de gente incluso por semana, así que armaros de paciencia, pues el sitio merece la pena.
Brooklyn Bridge
Por la tarde aprovechamos para acercarnos al famoso Puente de Brooklyn, otro de los lugares imprescindibles de Nueva York. Fue inaugurado en 1883 con el propósito de unir Brooklyn con Manhattan (ciudades independientes en aquel entonces) cuando había mal tiempo y se convirtió en el puente colgante más grande del mundo. Tiene una longitud total de 1.825 m que se puede recorrer a pie en ambos sentidos.
DUMBO
Recorremos este barrio hasta llegar al famoso punto donde el puente queda encuadrado a la perfección entre las fachadas rojizas de los edificios. Y si hacéis un poco de zoom, al fondo veréis que entre sus pilares se puede apreciar la silueta del Empire State Building.
La localización del conocido spot para sacar la foto se encuentra en la esquina de Water St y Washington St (aunque también se puede ver bien en la siguiente calle, la esquina de Front St con Washington St). Eso sí, si queréis que no haya mucha gente debéis madrugar mucho.
Pebble Beach
Después de sacar la foto del puente, apenas a 200m se encuentra un precioso lugar llamado Pebble Beach, una playa de guijarros (pebble significa guijarro) que ofrece unas espectaculares vistas tanto de los edificios de Manhattan como del puente de Brooklyn.
Brooklyn Heights Promenade
Continuamos la ruta hacia el barrio residencial de Brooklyn Heights, una zona repleta de casitas y calles con mucho encanto. Y una vez allí nos dirigimos hacia el Brooklyn Heights Promenade, un paseo que se eleva por encima del Brooklyn Bridge Park desde el que poder disfrutar de una perspectiva genial de Manhattan y del Brooklyn Bridge. A nosotras nos pilló al atardecer y os juro que las fotos no le hacen justicia.
Cena en Katz’s Delicatessen
Después de todo el día caminando, decidimos cenar en este icónico lugar de Nueva York. Además de por sus bocadillos de pastrami, el local adquirió mucha fama por ser el escenario del orgasmo fingido de Meg Ryan en la película «Cuando Harry encontró a Sally», lo que lo convirtió en lugar de peregrinaje para los turistas.
Había leído por ahí que suele tener largas colas, pero la verdad es que nosotras fuimos un viernes a las 21h y entramos sin problemas. El funcionamiento es algo distinto al de otros restaurantes, os explico cómo va:
- Al entrar os dan un pequeño ticket por persona.
- A mano derecha se encuentra un enorme mostrador donde hay varios puestos en los que los dependientes cortan carne sin cesar (no sólo pastrami, sino que también tienen otro tipo de carnes y embutidos).
- Le pedís lo que os apetezca y le entregáis el ticket para que apunte lo que lleváis. (Luego si queréis comprar bebidas os tendréis que dirigir al mostrador que está justo al lado y volver a enseñar el papelito).
- Al salir tendréis que entregar todos los tickets a la persona que está en la puerta y os cobrarán en función de lo que hayáis pedido. Nosotras utilizamos un sólo papel, pero tuvimos que entregar el que estaba en blanco también. ¡¡OJO con no perder ninguno de estos tickets, puesto que os enfrentais a un cargo de 50$!!
Los sandwiches son grandes, nosotras comimos uno entre 2 personas y nos quedamos bien, puesto que cada bocadillo puede contener entre 7 y 8 lonchas de pastrami. Baratos desde luego no son tampoco, cada uno cuesta unos 26 USD con las famosas taxes.
Mi opinión es que está sobrevalorado, aunque los bocadillos están ricos, me parecen muy caros y el local necesita una reforma con urgencia. El suelo estaba pringoso como de grasa (literalmente se nos pegaban las zapatillas), el mobiliario desgastado por el uso y el paso del tiempo y los baños más sucios que una discoteca a las 5 de la mañana…
DÍA 6
Tour por el Bronx
Este día lo dedicamos prácticamente entero a un Tour a pie por el Bronx (no confundir con el Tour de contrastes que se hace en autobús). Aunque todavía sigue habiendo ciertas zonas donde hay pandilleros, en general es un barrio de lo más normal, sólo que contrasta más con el centro de Manhattan porque ahí el poder adquisitivo es muy alto.
Recorrimos sus calles parando en lugares como las escaleras y el portal de la casa donde se rodó la famosa escena de la película Joker, así como el Estadio de los Yankees, la Corte Criminal, edificios de vivienda social y algunos de los graffitis más famosos.
Harlem
Después del tour nos fuimos hasta Harlem, que se encuentra muy cerca de allí, al norte de Central Park. Este barrio es famoso por albergar locales míticos como el Cotton Club o el Teatro Apollo y sobre todo por sus misas gospel, cargadas de color, música y alegría.
Hay muchas iglesias donde poder presenciar este espectáculo aunque una de las más conocidas es la Antioch Baptist Church. En esta ocasión no pudimos ver ninguna, puesto que se realizan los domingos por la mañana y yo estaba en Staten Island preparada para la salida de la carrera.
Si no queréis complicaros la vida buscando iglesias, podéis contratar un tour guiado que os llevará por todos los lugares más importantes del barrio para acabar asistiendo a una ceremonia gospel.
Otro lugar interesante de Harlem es la catedral St John The Divine, que comenzó a construirse en 1982 y todavía sigue inacabada. A pesar de esto, es el lugar de culto más grande de EEUU y si llega a finalizarse algún día será además la tercera iglesia más grande del mundo.
DÍA 7
SoHo
El SoHo es un barrio de artistas situado en Manhattan que se hizo famoso en los años 60 y 70 del s.XX gracias a la instalación de talleres, lofts y estudios en antiguas fábricas debido a sus precios asequibles. Su nombre hace referencia a la ubicación geográfica de la zona ya que deriva de la contracción de «South of Houston Street» (Al sur de la calle Houston).
Debido a lo conocido como gentrificación, el barrio subió los alquileres, provocando la marcha de la mayoría de artistas y dejando únicamente las galerías, las boutiques y los restaurantes exclusivos.
Central Park
Si hay algo mítico en Nueva York es Central Park. El gran pulmón de la gran manzana y escenario de numerosas películas y series, es uno de los parques urbanos más grandes del mundo con sus más de 4 kilómetros de largo y 800 metros de ancho. Y aunque es enorme, os diré que es una quinta parte de la Casa de Campo en Madrid, toma ya!! Ofrece un montón de posibilidades: pasear, montar en bicicleta, correr, hacer un picnic en la hierba o patinar sobre hielo en invierno son algunas de ellas.
Alguno de sus rincones más conocidos son el monumento a John Lennon, la escultura de Alicia en el País de las Maravillas, Bow Bridge, el castillo Belvedere, Bethesda Terrace y Bethesda Fountain. También hay un zoo, aunque yo no soy partidaria de estos lugares. Nosotras alquilamos unas bicicletas y nos llevó prácticamente toda la mañana, así que tened en cuenta esto a la hora de planificar vuestra visita al parque.
Macy’s y sus escaleras de madera
No, no me he vuelto loca. Ya sé que unas escaleras mecánicas no son un gran monumento que ver, pero en este caso hay que hacer una excepción puesto que son las más antiguas de Nueva York con algo más de 100 años. Están realizadas en madera de roble y siguen trasladando a los clientes desde el piso octavo al noveno de los almacenes Macy’s de la calle 34.
DÍA 8
Maratón
Es el día D y toca madrugar para recorrer la ciudad a golpe de zapatilla. Mientras yo estoy corriendo mi compi de viaje se va a ver el museo Guggenheim, el hermano del que tenemos en Bilbao y que fue el último gran proyecto del famoso arquitecto Frank Lloyd Wright.
La entrada está incluida en algunas tarjetas turísticas como la Go City que podéis adquirir aquí o con la New York Pass, que se puede comprar en este enlace.
Rooftop 230 Fifth
Después de una merecida ducha, comer y descansar un poco las piernas nos acercamos a tomar algo en el rooftop 230 Fifth. Está situado en la 5ª Avenida, muy cerquita de Madison Square Park, y tiene unas inmejorables vistas del Empire State Building entre otros edificios emblemáticos. A la entrada os pedirán el carnet de identidad o pasaporte, como en todos los bares de Nueva York, así que recordad meterlo en vuestros bolsos o mochilas o no podréis entrar.
No hay dress code, aunque te piden que no lleves ropa de gimnasio o chándal (cosa que me parece de sentido común, la verdad). En la terraza hay bastante espacio, dividido en dos partes: una con mesas individuales y otra con gradas en las que podéis sentaros a tomar algo e incluso cenar. Los precios son acordes con el resto de la ciudad, como referencia he de decir que las cervezas están a 9$ y los cócteles entre 14 y 17$, aunque compensa con esas vistas y además me merecía un homenaje después de la carrera.
Una muy buena opción si vais de turismo normal y no a correr es visitar Brooklyn y curiosear en alguno de sus mercadillos como el Brooklyn Flea, o darse una vuelta y descubrir todas las obras de street art del barrio de Bushwick. En la tarjeta New York Pass tenéis incluido este tour de graffitis, sin ella el precio es de 32$.
DÍA 9
Como nos volvemos por la tarde, aprovechamos para hacer nuestro último desayuno con vistas al Empire State, hacer el check out del hotel y acercarnos a disfrutar de las vistas a pleno día del nuevo mirador de Manhattan: The Edge.
Hudson Yards
The Edge
Este mirador se inauguró en marzo de 2020, en el piso 100 del edificio 30 Hudson Yards, nada menos que a 345 m de altura. No es el observatorio más alto de Manhattan (ese es el One World Observatory), pero sí el más alto a cielo abierto. Su mirador ofrece unas vistas panorámicas de la ciudad vista desde el oeste (Queens, Brooklyn y hasta un pedacito de Central Park).
Su gran atractivo es la terraza al aire libre que se extiende 20 metros hacia el exterior del edificio. Sus paredes son de cristal y están inclinadas, tienen un par de puntos en forma de ángulo donde la gente hace cola para sacarse fotos, aunque la zona más emocionante es una sección del suelo que también es de cristal donde se pueden ver las calles de la ciudad bajo vuestros pies. ¡¡Sin duda es algo no apto para quienes sufran de vértigo!!
La entrada al Observatorio The Edge está incluida en la tarjeta turística de descuento Go City Pass, y sino, podéis adquirir las entradas de forma individual desde 45€ aquí.