Islandia en 12 días

Cuando salía Islandia por la televisión, reconozco que lo único que se me venía a la cabeza eran Björk, mucho frío y volcanes de nombres impronunciables… y un día de buenas a primeras, pensando en un destino para pasar un par de semanas salió a relucir. Me costó decidirme porque en todos los blogs que leía para recopilar información aparecían unos números astronómicos, pero al final encontramos una manera óptima de abaratar al máximo y nos lanzamos a preparar el viaje.
Antes que nada, hay varias cosas que tenéis que decidir:
1- El itinerario a seguir, ya que hay dos posibilidades: en sentido de las agujas del reloj o al contrario. Lo más típico es hacerlo en el sentido contrario, pero esto tiene el inconveniente de que la mayoría de los puntos fuertes del viaje se ven en los tres primeros días, y luego va flojeando. Nosotros nos decantamos por la primera , ya que de este modo se empieza de manera suave y poco a poco va in crescendo hasta el final.
2- El tipo de coche de alquiler. Éste dependerá de varios factores: número de días, itinerario y zonas que visitar y alojamiento (si vas a dormir en camping o de hotel). Si tenéis pocos días y sólo vais a visitar el Golden Circle (Círculo Dorado), entonces la mejor opción es la de alquilar un utilitario normal. Esta opción también es válida si sólo vais a circular por la Ring Road (carretera que rodea toda la isla) y no tenéis intención de pisar carreteras sin asfaltar (las famosas F- Roads).
Si queréis recorrer el país sin restricciones y además ahorrar en alojamiento, os recomendamos una campervan 4×4 o un todoterreno con cama en el techo (tipo Westfalia).
3- El alojamiento. Islandia no es precisamente barata y los precios medios por noche en habitación doble rondan los 150 € (multiplicad eso por 12 días y veréis…), aunque con antelación podréis encontrar algo más asequible en Booking .
Por tanto, una buena opción es la de acampar por libre o en campings (suelen rondar entre los 1500 y los 2000 ISK por persona y por tienda, con acceso a duchas, lavadero y en algunos casos lavadora), llevando tienda de campaña o durmiendo en el coche/furgoneta.
Y por último, pensad si vais a querer contratar algún tipo de excursión y llevarla reservada desde aquí para evitar luego sorpresas de que no quedan plazas, especialmente si el viaje se realiza en fechas estivales.
Dicho esto, recorramos juntos la tierra de hielo y fuego…
Contents
- 1 Día 0 – Madrid – Keflavik
- 2 Día 1 – De Keflavik a Ytri Tunga (Península de Snæfellsnes)
- 3 Día 2 – De Ytri Tunga a Stykkishólmur
- 4 Día 3 – De Stykkishólmur a Hvitserkur
- 5 Día 4 – De Hvitserkur a Myvatn
- 6 Día 5 – De Akureyri a Askja
- 7 Día 6 – De Askja a Reyðarfjörður
- 8 Día 7 – Fiordos del Este. De Reyðarfjörður a Jökulsárlón
- 9 Día 8 – De Jökulsárlón a Fjaðrárgljúfur
- 10 Día 9 – De Fjaðrárgljúfur a Landmannalaugar
- 11 Día 10 – De Landmannalaugar a Gullfoss
- 12 Día 11 – De Gullfoss a Reykjavik
- 13 Día 12 – Reykjavik y Vuelta a Casa
- 14 Algunos datos de interés:
Día 0 – Madrid – Keflavik
Salimos desde Madrid a las 22:10 horas. La hora de salida es un poco rara, pero es lo que hay. Volamos con la compañía Iberia Express y llegamos a las 00:40 hora local (2 h menos que en España).
Habíamos contratado el alquiler del coche con Geysir y tomamos un bus que hace varias paradas y te va dejando delante de las distintas compañías de car rental del aeropuerto. Habíamos contratado un Dacia Duster, pero por algún tipo de problema no estaba listo y nos lo cambiaron por un Jeep Renegade, que nos acompañaría todo el viaje.
Una curiosidad más, el chico que nos atendió hablaba muy buen español debido a que había vivido en Huesca y Valencia, lo cual ayuda bastante cuando llegas cansado después de un largo vuelo y tu mente está lenta para procesar otros idiomas. Mañana empezaba realmente nuestra aventura.
Día 1 – De Keflavik a Ytri Tunga (Península de Snæfellsnes)
Nos despertamos temprano pese a no haber dormido mucho y nos disponemos a desayunar. Queríamos entrar en el supermercado Bonus, dado que habíamos leído que es el más barato. Pero resulta que abre a las 11! Esta gente sí que sabe… Así que nos vamos a una gasolinera N1 a por un café y un bocadillo.
El café es algo caro, 450 ISK (unos 3,40 euros), pero lo bueno es que tienen una zona con cafetera, leche y azúcar para rellenar cuantas veces quieras, un microondas y un grill. Había oído lo del café gratuito, y yo pensando: ¡qué majos estos islandeses!… pero no es así del todo; tienes que pagar el primero y luego con el vaso te pones los que quieras, que tampoco está nada mal.
De ahí rumbo al primer destino, la cascada de Glymur por una carretera que rodea un fiordo, las vistas son realmente impresionantes. Tras dejar el coche en el parking, nos esperaba un trekking de unas 3h aproximadamente de dificultad media. Llevad chanclas o escarpines y pantalones que se puedan remangar, ya que hay que pasar un río por encima de un tronco de árbol con la ayuda de un cable a modo de barandilla.
Tiene subidas importantes y tramos donde debes ayudarte de cuerdas para avanzar, es un poco complicado así que paciencia, que el destino merece el esfuerzo. Llegas a la cascada más alta de Islandia.
Tras un rato contemplándola toca volver. Para ello tienes dos opciones: marcha atrás a deshacer el camino o dar la vuelta cruzando el río más adelante con una bajada larga, dura y sin cuerdas de apoyo. Yo me quedé con la segunda opción, más que nada por no encontrarte a la gente en sentido contrario en un sitio de paso complicado y por no repetir. Eso implicará remangarse los pantalones y cruzar de nuevo un río.
Una vez salimos de allí en dirección a Borgarnes, y nos encontramos con lo que sería algo habitual a lo largo de todo el viaje: un grupo de tres ovejas campando alegremente por la carretera. Los habitantes más numerosos de la isla (hay más ovejas que personas) siempre van de 3 en 3. Nos moríamos de curiosidad por saber la razón de todo esto, e investigando descubrimos que las ovejas islandesas suelen parir gemelos, por lo tanto lo que estamos viendo es la madre con sus dos crías, lo que pasa es que en verano suelen tener ya un tamaño similar al de los adultos y por eso no los distinguimos.
El pueblo en sí no tiene nada especial, pero si os coincide hacer la parada a la hora del desayuno o la merienda, hay una cafetería muy chula llamada Blómasetrið – Kaffi Kyrrð, que ofrece tartas caseras con muy buena pinta a una media de 1000 ISK la porción.
Cerca del cráter de Eldborg está el hotpot natural de Landbrotalaug, esto es una poza de agua calentada naturalmente de origen volcánico. Esta en concreto consta de dos charcas a una temperatura bastante alta pero soportable y que sienta fenomenal después de un duro día. Hay un montón repartidas a lo largo de toda Islandia, las podréis encontrar en esta página, donde puedes filtrar en el mapa por hotpots, piscinas y gasolineras.
Seguimos avanzando y dormiremos un poco más adelante de la playa de Ytri Tunga, que veremos al día siguiente, al lado de un bonito lago con patos y vimos una ligera pero preciosa aurora boreal (aunque no es la época todavía, se empiezan a avistar en septiembre).
Día 2 – De Ytri Tunga a Stykkishólmur
Desayunamos en la playa de Ytri Tunga, la única de arena dorada que vimos. Famosa porque en ella habitan casi siempre las focas. no tuvimos suerte, ya que fuimos muy temprano y quizá todavía estaban durmiendo estos adorables animalitos 🙁
Siguiente parada, la grieta de Rauðfeldsgjá. Un cañón que se adentra en la montaña con un riachuelo que discurre a través de él. Para acceder a él tienes que subir hasta la montaña por una camino de tierra un km aprox. , y entrar en la grieta saltando de piedra en piedra en el riachuelo. No es complicado y merece la pena.
De ahí nos fuimos a Arnarstapi. Es un pueblecito pequeño (como casi todos los de Islandia) con mucho encanto. Aquí se encuentra la imponente Estatua de Bárður, protagonista de una de las sagas islandesas y que me recordó a un personaje de Piratas del Caribe. Nos dimos un paseo por los acantilados de los alrededores, de una belleza espectacular y con cierta similitud a la Playa de las Catedrales en Galicia.
Luego pusimos rumbo a rodear el majestuoso Snæfellsjökull por la costa. Pasamos de ver Hellnar, ya que supusimos que era muy parecido a Arnarstapi y todavía teníamos mucho que ver. Paramos en un mirador que se llama Londrangar, desde el cual se ve una formación rocosa con forma caprichosa que se eleva bastantes metros sobre el mar. Y de ahí a la cueva de Vatnshellir. Dicen que se baja por una escalera de caracol al interior de un volcán, pero no lo puedo confirmar ya que no entramos finalmente ya que carecíamos de tiempo. Su precio es de 3250 ISK para un adulto.
Volvemos atrás por una carretera F hacia el Snæfellsjökull y caminamos por nuestro primer glaciar. Es uno de los más bonitos del mundo y, por supuesto, el más famoso ya que se trata del protagonista de la novela Viaje al centro de la tierra de Julio Verne.
Condujimos por esa carretera con vistas espectaculares, pasando por pueblecitos como Ólafsvík (donde vimos un partido de fútbol de primera división) y Grundarfjörður. Pasamos por Kirkjufellsfoss, desde donde hay unas vistas espectaculares de la cascada con el monte de origen volcánico Kirkjufell al fondo, aunque estábamos algo cansados y no paramos.
Fuente: anjali kiggal
Llegamos al pueblo de Stykkishólmur, desde donde sale el ferry hacia los fiordos del oeste. Justo al lado del puerto se encuentra un monte de basalto en cuya cima se sitúa el faro. No es muy complicado de acceder y las vistas desde allí merecen la pena.
Como curiosidad, decir que esta pequeña población apareció en la película La vida secreta de Walter Mitty, lo que supuso todo un espaldarazo para su turismo. Hacemos noche a unos 17 kms fuera del pueblo, ya que allí hay carteles por todas partes que prohíben la acampada libre y dormir en el coche o caravana.
Día 3 – De Stykkishólmur a Hvitserkur
Este día realizamos nuestra primera parada en la casa Eiriksstadir, una reconstrucción de una granja vikinga, en la zona donde supuestamente vivieron Erik el Rojo y su hijo Leif el Afortunado. La entrada es de unos 10 euros al cambio y aparte de enseñarte el interior, los guías caracterizados de vikingos te cuentan historias sobre sus supuestos habitantes y las sagas nórdicas. Dicen que merece mucho la pena, pero como hace bastante mal tiempo, llueve y hace frío, sacamos algunas fotos y nos metemos rápidamente en el coche.
Fuente: be iceland
Nos dirigimos a Drangsnes a darnos un baño en un hotpot al aire libre que además cuenta con baño y ducha gratuitos, todo un lujo. Se trata de 3 pequeñas piscinas de aguas entre 38ºC y 40ºC justo al lado del mar, todo un placer cuando fuera se está a 7ºC o menos.
Y ya con el cuerpo calentito y relajado después del baño nos dirigimos al cañón de Kolugljúfur. A priori no parece gran cosa, pero conforme te vas acercando esta garganta que aparece en mitad de la nada te deja con la boca abierta. Además, hay que tener en cuenta que todavía acabamos de empezar el viaje y no hemos visto ningún highlight de los grandes.
Tiene varias cascadas preciosas, a las que te puedes acercar bastante mediante unos caminos de tierra, pero hay que tener cuidado que con las salpicaduras del agua están húmedos y resbaladizos. Tras esta visita volvemos a la carretera por la península de Vatnsnes para llegar al atardecer a ver el troll de piedra de Hvitserkur. Se trata de un gigantesco arco de piedra formada por magma volcánico hace miles de años que el viento y el agua se han encargado de moldear con el tiempo.
Para algunos, tiene forma de rinoceronte bebiendo del océano, y para mí es un dragón (debe ser que he visto demasiado «Juego de Tronos»…); pero la leyenda preferida por los islandeses es la que cuenta que se trata de un troll gigantesco que se convirtió en piedra al ser sorprendido por los primeros rayos de la mañana.
Hay dos accesos, desde el mirador de arriba (justo al lado del aparcamiento a mano izquierda a pie unos 5 minutos), o bajando por la derecha hasta la playa y observarlo (y hasta tocarlo) desde abajo. A nosotros nos pilló con marea baja, que es cuando puedes llegar hasta él bajando por la montaña. Es espectacular, desde arriba y desde la misma playa de arena negra como el carbón. Tendré que volver en otra ocasión para poder observarlo con la marea alta 😉
Día 4 – De Hvitserkur a Myvatn
Día 5 – De Akureyri a Askja
Muy cerca de allí se encuentra Hafragilsfoss, que se encuentra 1 km antes de llegar al aparcamiento de Dettifoss, entrando en una curva a derechas verás salir a la izquierda una pista sin asfaltar. Si sigues esa pista llegas hasta Rauðhóll, el parking está prácticamente al filo del cañón. Otra opción es ir andando desde el parking (unos 4 km ida/vuelta), pero para nosotros es la peor alternativa. Nosotros decidimos hacer un trekking por el cañón para poder mejor la cascada y la parte más profunda del cañón Jökulsárgljúfur.
El nivel de dificultad es medio y alto en algún momento puntual (con que seas cuidadoso y un poco ágil para no resbalar será suficiente). Son unos 8 kms, así que calculad que os llevará de 2.5 a 3 horas (puede que más si no estáis acostumbrados a andar, o si os paráis muchas veces a hacer fotos, que es normal porque el paisaje lo merece). Es muy fácil orientarse, ya que, aparte del mapa que encontraréis en el aparcamiento y a mitad de camino, hay un montón de estacas amarillas de madera señalando el camino.
Al final del camino veréis una cuerda colgada de una piedra enorme en el desfiladero por el que sales del cañón. No es necesario que os colguéis de ella cual Tarzán, pero ayuda para subir por algún punto de la pendiente. Esta sería una de las zonas más difíciles de la ruta y veréis que en realidad no es para tanto. Al llegar arriba deberéis ir hacia la izquierda hacia Dettifoss, deshaciendo el camino que hicisteis al principio de la ruta (ahora con el río a tu izquierda).
Día 6 – De Askja a Reyðarfjörður
La caldera de Askja es el resultado de una erupción descomunal del volcán del mismo nombre que tuvo lugar en el año 1875. En su interior se formó el lago Öskjuvatn por efecto del derrumbe del magma, resultando el más profundo de Islandia con 220 metros. Pegado al lago se encuentra el cráter Viti (que significa “infierno”), es de tamaño mucho más pequeño y contiene un lago azul intenso de agua geotermal a 25-30 grados centígrados. Teóricamente es apto para el baño, pero entre el olor a azufre y la dificultad de acceso a él, lo veo complicado. Ya me contaréis si os decidís a bajar y cómo fue la experiencia 😉
Día 7 – Fiordos del Este. De Reyðarfjörður a Jökulsárlón
Día 8 – De Jökulsárlón a Fjaðrárgljúfur
Continuamos subiendo un poco, siguiendo la S3 y un pequeño tramo de la S4 hasta Kristínartindar. La pendiente comienza a inclinarse bastante y el sendero se convierte en un amasijo de piedras sueltas bastante incómodas, que se hace más llevadero gracias a los bastones. Llegamos a una zona de descansillo donde hay un montículo piramidal hecho con piedras, desde donde se engancha la S4 con la S3. Desde aquí faltarán unos 200m bastante duros de ascensión a la cima.
Desde allí encontraremos unas vistas inigualables de una de las lenguas del glaciar Vatnajökull, el más grande de Islandia, y un pequeño buzón con un libro de visitas en su interior. Realizamos la bajada con sumo cuidado, y en cuanto llegamos al tramo de descansillo mencionado anteriormente emprendemos la vuelta.
Tras un pequeño tramo complicado cerca del mirador de Sjónarnípa, el resto del camino es fácil (aunque algo incómodo debido a la cantidad de piedras que hay que ir sorteando y saltando) y se realiza en constante bajada siguiendo las estacas amarillas, que nos devuelven al centro de visitantes después de unos bonitos 20 kms que nos dejan las piernas para el arrastre…
Día 9 – De Fjaðrárgljúfur a Landmannalaugar
Después del trekking del día anterior, decidimos darnos un día de descanso y fuimos a visitar los alrededores de Vík í Mýrdal. Es una zona muy bonita y con mucho que ver, comenzando por su iglesia, que desde lo alto mira hacia los trolls de piedra de la playa negra de Reynisfjara y continuando por los acantilados de Dyrhólaey.
Fuente: los viajeros
Dicen que allí existe una de las colonias más grandes de frailecillos (o puffins en inglés), esos graciosos pajarillos con el pico de colores, pero nosotros visitamos la isla coincidiendo con su época de migración, y por tanto no pudimos verlos. Para ello hay que ir antes de septiembre.
Fuente: viajarporlibre
Otro de los atractivos cercanos es la visita al fuselaje del avión estrellado DC-3. ¿Y cómo llegó eso hasta ahí? El 24 de noviembre de 1973, este avión de la armada americana se estrelló en la playa de arena negra de Sólheimasandur, en la costa sur de Islandia, afortunadamente sin víctimas mortales gracias a la peripecia del piloto.
Si queréis llegar hasta allí, después de pasar la cascada Skógafoss y un poco antes de llegar a Vik hay un parking a mano derecha donde se puede dejar el coche de manera gratuita y desde ahí arranca un camino que te lleva directamente hasta el avión. Por si todavía tenéis dudas os dejo las coordenadas exactas del avión: 63°27’32.8″N 19°21’53.2″W.
Nosotros decidimos no ir porque eran casi las 2 de la tarde, no habíamos comido y había un montón de gente en romería hacia allí, y lo ideal es hacerlo a primera hora para que no haya casi nadie y poder disfrutarlo sin tener que estar esquivando gente.
Pasamos de largo y ponemos rumbo a Skogafoss, otra de las big five de las cascadas de Islandia. Había muchísima gente de visita en esta zona, se nota que estamos cerca de Reykjavik y la zona del Círculo Dorado. La verdad es que la cascada es realmente bonita, se precipita desde una altura de 62 metros y su anchura es de 25 metros, lo que la hace grandiosa. A la derecha hay una larga escalera que permite acceder a un mirador donde contemplar la cascada desde arriba, así que tomad aire y a subir, que las vistas bien merecen un poco de esfuerzo.
Día 10 – De Landmannalaugar a Gullfoss
Llegar a ella es relativamente fácil. Hay que desviarse de la Ring Road en Þjóðvegur y continuar 70 km por la carretera 32 y luego por la 332. Eso sí, aunque el camino puede hacerse en turismo, es recomendable hacerlo en todoterreno, ya que la carretera de acceso está en malas condiciones. Después de un rato observándola y de las fotos de rigor, tomamos rumbo a Gulfoss y hacemos noche allí.
Día 11 – De Gullfoss a Reykjavik
La cascada de Gullfoss, es uno de los monumentos naturales más visitados por su belleza y espectacularidad. La llegada a la cascada es espectacular ya que el terreno oculta el curso del río y al acceder desde la parte más baja, vemos la doble fractura de la llanura por la que llega el río Hvítá, dándonos la impresión que el río se sumerge en las profundidades de la tierra. Como curiosidad, decir que fue de propiedad privada hasta mediado el s.XX y se especuló con la posibilidad de aprovechar la caída de agua para producir energía eléctrica, afortunadamente, la falta de capitales obligó a abandonar la idea.
Día 12 – Reykjavik y Vuelta a Casa
Algunos datos de interés:
– El aeropuerto de Keflavik está a unos 35 minutos de la capital.
– Las oficinas de alquiler de coches están abiertas hasta muy tarde, puedes llegar de la madrugada que tu coche estará listo para salir a la aventura.
– Si vas a pasar más de una semana y recorrer carreteras sin asfaltar elige un todoterreno con seguro a todo riesgo para evitar sorpresas.
– Se puede pagar con tarjeta en casi todos los sitios y todas las cantidades, por poco que sean.
– Al igual que los países nórdicos, Islandia es carísimo, así que os recomiendo hacer picnic y bocatas, si no el presupuesto se te dispara. En esta web podréis ver sitios donde comer barato, fundamentalmente cadenas de comida rápida. En este post os contamos cómo abaratar vuestro presupuesto.
– El agua del grifo es buena, no hace falta comprar agua embotellada.
– Los fiordos del Este están infravalorados y también son muy bonitos, aunque eso sí, hace un viento un poco desagradable.
– Para el que le guste la fotografía, Islandia es un paraíso. Cuidado porque os darán ganas de quedaros a vivir allí.
– Los horarios de supermercados son raros: antes de las 10 de la mañana no encuentras uno abierto, y cierran sobre las 18. El Bonus (el del cerdito) es el más barato.
– Es un país muy seguro. No tengáis miedo de dejar el coche cargado con maletas.
Espero que os haya gustado, y que sobre todo, que os sea útil para planificar vuestro viaje. Si tenéis alguna pregunta, dejadme un comentario y estaré encantada de poder ayudaros. Sin duda este país no os dejará indiferentes.
Si os ha picado el gusanillo y animáis a realizar el viaje, podréis encontrar el mejor precio para el alojamiento aquí: