Lugares menos conocidos de Valencia

Si habéis estado previamente en Valencia es posible que creáis que ya habéis visto todo, dado que la gran parte de sus atractivos se encuentran muy cerca entre sí. Pero en una gran ciudad las cosas están en constante cambio y siempre surgen cosas nuevas. Aquí tenéis unos cuantos lugares menos conocidos para incluir en vuestra próxima visita:
Tabla de contenidos
Palacio Marqués de Dos Aguas
Este suntuoso edificio es el resultado de una reforma llevada a cabo en el s. XVIII en estilo rococó sobre la antigua casa solariega de los marqueses de Dos Aguas. Destaca especialmente la puerta principal (que está situada en un lateral) realizada en alabastro y flanqueada por dos figuras alegóricas del río (en alusión al marquesado) y rematada por una hornacina con la Virgen del Rosario.
En esa época toda la fachada estaba decorada con frescos, pero en 1867 se hizo una nueva remodelación en la que desaparecieron las pinturas, ya que estaban en mal estado por la humedad, siendo sustituidas por estucos que imitaban el mármol.
En su interior acoge el Museo Nacional de Cerámica González Martí, con una importante colección de piezas desde la Antigüedad hasta la época contemporánea con piezas de Picasso y Mariano Benlliure.
Dirección
- Calle Poeta Querol, 2.
Horario
- Lunes: cerrado.
- De martes a sábado: de 10h a 14h y de 16 a 20h.
- Domingos y festivos: de 10h a 14h.
Precio
La entrada general es de 3 euros. 50% de descuento con la tarjeta turística València Tourist Card, que podéis adquirir aquí. El sábado es gratuita.
Jardines de Parcent
Muy cerquita de la iglesia de los Santos Juanes, estos jardines se encuentran situados en el solar que dejó el palacio del mismo nombre y suelen pasar bastante desapercibidos tanto para turistas como para locales.
Consta de 4 fuentes circulares situadas cada una en las esquinas en las cuales se observa una figura femenina sobre un pedestal con un animal simbólico a sus pies que representa un continente del mundo.
Jardín de Monforte
Este precioso jardín de estilo neoclásico construido en una antiguo huerto cuenta con una superficie de más de 12.000 m² en los que se encuentran estatuas, jarrones, fuentes ornamentales, setos, árboles y estanques que lo convierten en uno de los más bellos de Valencia.
El acceso se realiza a través de un palacete, donde nos reciben un par de esculturas de leones con una curiosa historia que os cuento a continuación: estas figuras de piedra blanca y apenas 90 cms de alto y 140 de largo fueron concebidas para custodiar el Congreso de los Diputados. Cuando llegaron a Madrid fueron duramente criticados por su aspecto escuálido y poco fiero, por lo que acabaron en un almacén hasta que un empresario pudiente de la época los rescató para el jardín.
Jardín de las Hespérides
Esta pequeña joya se ubica entre el jardín Botánico y el jardín del Turia y a menudo pasa desapercibido. Fue inaugurado en el año 2.000 con una superficie de casi 5.000 m² y concebido como un espacio ajardinado cuyo cerramiento se abre puntualmente por los lados.
Su diseño está basado en el mito de las Hespérides, ninfas de los árboles frutales que cuidaban de un gran jardín cerca de la cordillera del Atlas del que se decía que proporcionaba la inmortalidad. En el espacio central del jardín el transeúnte puede contemplar el referente argumental mediante las diferentes esculturas que representan el árbol de las manzanas de oro, las ninfas, Hércules o el dragón metamorfoseado en serpiente; situados entre setos, cipreses y otros tipos de vegetación.
Casa de los Gatos
En la Calle Museo de Valencia existe un curioso rincón que rinde homenaje al mundo felino: la gatera o casa de los gatos en el barrio del Carmen. Se trata de una pequeña portezuela decorada como una casa realizada por Alonso Yuste Navarro. Al parecer, este escultor vio hace años que unos gatos entraban por un agujero en el solar que da a su taller.
Aprovechó este hecho para rendirles homenaje con una gatera, en donde hay una inscripción que hace referencia al año 1094, cuando en la época del Cid Campeador y tras la conquista de la Taifa se mandó ejecutar a todos los gatos de la ciudad por la creencia de que son animales diabólicos y portadores de mala suerte. Por lo visto quedaron con vida cuatro gatos, a los que se recuerda con esta obra y en una inscripción de azulejos en una pared cercana.
Museo del Silencio
Si pensáis que se trata de un museo al uso, aunque de nombre curioso estáis totalmente equivocados, ya que el Museo del Silencio es en realidad el Cementerio General de Valencia. ¿Cómo os quedáis? Y aunque le llaman museo, se trata de de cuatro rutas trazadas para conocer varios puntos de la historia de la ciudad a través de las tumbas y sepulturas de sus personajes más ilustres.
Actualmente se está poniendo de moda el necroturismo, ya que los cementerios tienen ese nosequé de tranquilidad y belleza que atrae, así que hagáis visita o no, creo merece la pena darse una vuelta y admirar con respeto el lugar.
Rutas
18 vidas, 18 silencios
En este paseo se muestran los monumentos fúnebres más elegantes y antiguos del museo. Hay construcciones de todo tipo: desde pirámides, panteones, tumbas masónicas o incluso el monumento a un torero fallecido en una corrida en Madrid que se pagó por suscripción popular.
Mujeres que dejaron huella
Esta ruta constituye un homenaje a aquellas mujeres valencianas que destacaron en su época como fotógrafas profesionales, poetisas, cantantes de ópera, etc.
Personajes ilustres
También existe un recorrido de personajes célebres valencianos de fama mundial como por ejemplo Joaquín Sorolla, Vicente Blasco Ibáñez o Salvador Tuset entre otros.
Personajes populares
Esta ruta nos lleva por personajes que han destacado especialmente en los campos artísticos. Por poner un ejemplo muy conocido, Nino Bravo se encuentra aquí.
Visitas guiadas
Empiezan a las 11h todos los sábados y tienen una duración de hora y media. Hay que inscribirse a través del teléfono (963 77 30 61) o el correo electrónico de las oficinas del Cementerio General de Valencia (sercementerios@valencia.es).
Casco histórico de Campanar
Existe un lugar el noroeste de Valencia donde desaparece el ajetreo para dejar paso a la tranquilidad de un pueblo, todo un oasis en medio del ritmo frenético de la ciudad, una especie de Dean Village patrio.
Estamos hablando del antiguo pueblo de Campanar, cuyo origen está en un conjunto de alquerías musulmanas del s. XIII que Jaime I recuperó tras conquistar Valencia y que fue municipio independiente hasta 1897. Sus calles todavía conservan esas casitas bajas de colores y estilo modernista, especialmente aquellas cercanas a la plaza de la iglesia. Muy cerca de allí se encuentran el parque de Cabecera (en el comienzo del Jardín del Túria) y el Bioparc.
Portal de la Valldigna
En el barrio del Carmen nos encontramos con este arco de medio punto de estilo gótico valenciano que se situaba sobre la muralla árabe del s. XI. A partir de 1400 sirvió para separar la ciudad cristiana de la morería y en 1589 se colocó allí un retablo dedicado a la Virgen representando al rey Jaime II de Aragón en el acto de fundación del monasterio de la Valldigna con la Virgen flanqueada por los escudos de la ciudad de Valencia y del monasterio en la parte superior.
El que se puede ver hoy en día es una reproducción de 1960 junto al cual hay una inscripción que dice Nostra Dona de la Bona Son, Pregueu per nós, Portal de Valldigna. Al lado del portal se instaló la primera imprenta del Reino de Valencia y de la península ibérica, en la que en 1474 se imprimió el primer libro de la Península.
Fábrica de Hielo
Esta antigua fábrica de hielo situada en la Playa del Cabanyal se ha convertido en un espacio diferente y original de la ciudad. En el local se juntan el ocio y la formación donde se realizan frecuentemente talleres de escritura, yoga, encuentros de lectura, música en directo o ciclos de cine clásico (a los madrileños les resultará similar al Matadero e incluso a la sala Equis) y se puede picotear algo.
Calle Moret
Valencia tiene muchas obras de street art, especialmente en la zona del barrio del Carmen. En 2016 se juntaron varios artistas urbanos para darle vidilla a esta calle con sus obras, llegando a ser rebautizada como la «Calle de los colores».
Aquí podréis ver imágenes tan bonitas como la de la chica sobre el puente, el grafiti del beso o la del chico que toca la batería en plena calle entre otras.
Casa Judía
En la calle Castellón, muy cerca de la plaza de toros y la estación de tren València-Nord se encuentra este singular y colorido edificio que se conoce como la Casa Judía de Valencia. La calle en sí no tiene ningún otro atractivo, pero la verdad es que resulta llamativa y es toda una sobredosis de color en medio de las otras casas normales y corrientes.
Se construyó en 1930 bajo la corriente de Art-Decó con influencias egipcias e indias y su nombre viene de la estrella de David que rodea el número del portal. Se dice que aquí se reunía de manera discreta y secreta la reducida comunidad judía de la época que residía en Valencia para realizar sus tradicionales celebraciones religiosas.