Qué hacer y ver en Santiago de Compostela
«… A Santiago voy ligerito caaaaminando, y con mi paragüitas por si la lluvia me va mojando…» decía el grupo Los Tamara. Y es que Santiago de Compostela es conocida mundialmente por ser el punto final donde confluyen todas las rutas de peregrinaje del Camino de Santiago. Pero aparte de eso, la capital gallega tiene un montón de atractivos que merece la pena descubrir. Imos aló!!
Tabla de contenidos
- 1 Plaza del Obradoiro
- 2 Catedral de Santiago
- 3 Monasterio de San Martiño Pinario
- 4 Parque de San Domingos de Bonaval
- 5 Museo do Pobo Galego
- 6 Praza da Quintana
- 7 Plaza de Platerías
- 8 Mercado de Abastos
- 9 Ciudad vieja: Rúa do Franco – Rúa do Vilar – Rúa Nova
- 10 Praza do Toural
- 11 Convento de San Francisco
- 12 Universidad
- 13 Parque da Alameda
- 14 Tapear
- 15 Cidade da Cultura
Plaza del Obradoiro
Aquí se encuentran algunos de los lugares más importantes que visitar en la ciudad: el Hostal de los Reyes Católicos (parador nacional y antiguo hospital de peregrinos), el Colegio de San Xerome (sede del Rectorado de la Universidad), el Pazo de Raxoi (actual Ayuntamiento de Santiago) y cómo no, la Catedral de Santiago con su imponente fachada, Patrimonio de la Humanidad.
Allí se juntan locales, turistas y peregrinos venidos de todas partes del mundo en un ambiente de alegría y bullicio; especialmente por los peregrinos que ver por fin su meta tras cientos de kilómetros a sus espaldas, descargando por fin sus pesadas mochilas en los adoquines de piedra.
Catedral de Santiago
Sin duda es el icono de la ciudad. Fue construida entre 1075 y 1211, y puesto que se ha ido reformando a lo largo de todo este tiempo, muestra una combinación de estilos arquitectónicos: barroco, románico y gótico. Se puede apreciar su belleza y grandiosidad desde la Plaza del Obradoiro, con esa magnífica puerta de entrada que es el Pórtico de la Gloria, obra cumbre de la escultura románica realizada en 1188.
Tan sólo 20 años tardó el Maestro Mateo en esculpir este maravilloso conjunto de tres arcos, cargado de simbolismo en el que se representa el Jerusalén celeste, utilizando en la iconografía diferentes símbolos tomados del Apocalipsis de San Juan y de otros textos del Antiguo Testamento. Lo conforman más de 200 esculturas de granito de una expresividad y detalle inusual para la época, puesto que en el románico prevalecía la enseñanza de la Biblia al pueblo llano frente al realismo.
La figura de Santiago Apóstol preside la columna central de mármol o parteluz, donde está representado el Árbol de Jesé o genealogía de Cristo. A media altura aparece una profunda huella de una mano, donde antaño había la tradición de introducir las yemas en esos huecos antes de pasar al interior de la catedral. Ese ritual se remonta a la época medieval, cuando los primeros romeros llegaban al fin de su viaje. Después de tantas penurias, colocaban la mano en el pilar para apoyarse mientras contemplaban maravillados al Apóstol; pero esta acción fue dejando una impronta importante sobre la pieza por lo que ya no está permitida.
Detrás de la columna se halla la figura del Maestro Mateo arrodillado, mirando devotamente al altar. Cuenta una leyenda que Mateo colocó su figura en el propio Pórtico en honor a haber realizado tan maravillosa obra, pero que fue reprobado por el arzobispo y por eso se cambió su instalación en el lugar actual, apareciendo la escultura con una actitud más humilde. Aunque no se ha llegado a canonizar, popularmente se le conoce por su nombre en gallego, Santo dos Croques (un croque es un golpe en la cabeza).
Otra de las tradiciones aparte de la de poner la mano en la columna era la de darse 3 golpes contra su cabeza. Se dice que el origen de esta costumbre se debe a los estudiantes de la Universidad de Santiago, quienes lo hacían durante la época de exámenes para que les transmitiera su inteligencia y memoria. Pero en vista de que algunos turistas, peregrinos y visitantes estaban dándose de cabezazos contra los pilares y el hecho de que la cabeza del pobre Mateo estaba llenándose de grasa, tuvo que vetarse esta práctica para evitar su deterioro.
Tras una gran obra de rehabilitación, en 2018 se reabrió el Pórtico de la Gloria, mostrando su policromía original y la verdad es que es una auténtica maravilla. En la actualidad la visita de la catedral de Santiago es gratuita, pero para acceder al Museo y al Pórtico de la Gloria hay que pagar 12 € en el caso del primero y 10 € en caso del segundo.
Otro elemento característico es el Botafumeiro, que suele funcionar a las 12, hora en que se celebra la Misa del Peregrino. Es un enorme incensario bañado en plata que pesa 62 kilogramos vacío y mide 1,50 metros de altura (más o menos como yo… jajajaja), que surgió como idea para perfumar el templo y eliminar el mal olor que dejaban los peregrinos, sudorosos, desaseados y algunos incluso enfermos, puesto que se les permitía dormir en su interior y el tufillo no debía ser nada agradable…
Subiendo por las escaleras al camarín, los visitantes siguen otra de las costumbres arraigadas en el interior de la catedral, que consiste en abrazar a la escultura románica del s. XIII que representa a Santiago con esclavina de peregrino. Después de esto se baja para visitar las reliquias del Apóstol Santiago y sus discípulos Atanasio y Teodoro en el pequeño mausoleo subterráneo.
Esta zona de culto es la más antigua de la Catedral, y no fue hasta el s. XIX cuando los fieles pudieron visitar las reliquias, ya que en 1589 fueron ocultadas para evitar que las robara el pirata sir Francis Drake y las trasladase a Inglaterra. Pero éste ni siquiera llegó a Compostela y así se quedaron, escondidas hasta que en 1879 fueron redescubiertas durante las excavaciones arqueológicas del templo. Tras la certificación papal de su autenticidad, las reliquias del Apóstol se colocaron en una urna de plata cincelada del s. XIX y el sepulcro adquirió su aspecto actual.
Monasterio de San Martiño Pinario
Está situado frente a la fachada norte de la catedral o también conocida como de la Azabachería, en la bonita Plaza de la Inmaculada. En la iglesia de San Martiño conviven elementos del último renacimiento y del barroco, algo bastante común en muchos de los edificios de la ciudad.
En su exterior destaca la fachada principal, proyectada por Fray Gabriel de las Casas, que inicia las obras hacia 1697. Las torres se levantan sólo hasta la altura de la fachada, debido a la oposición del cabildo catedralicio, temeroso de que restase visibilidad a la basílica. Para vencer el desnivel del terreno se construyó una escalera de acceso a la puerta, inspirada en la que podemos ver desde la fachada del Obradoiro.
En el interior destacan las capillas, tres retablos y un espléndido coro bajo del siglo XVII realizado en madera de nogal, donde se representan escenas de la vida de la Virgen. Hoy en día el monasterio funciona como Seminario Mayor compostelano y sede de las facultades de Teología y Trabajo Social, además de como museo y hospedería.
Se puede visitar en los siguientes horarios:
– INVIERNO DEL 1 DE NOVIEMBRE A 31 DE MAYO
Abierto todos los días de 11:00 a 19:00 horas.
– VERANO DEL 1 DE JUNIO AL 31 DE OCTUBRE
Abierto todos los días de 10:00 a 20:00 horas.
El coste de la visita a la Iglesia y al Museo es de 4 € y de 6€ en caso de las visitas guiadas.
Está situado en una colina en el barrio de San Pedro, cerca del acceso tradicional a la ciudad por el Camino Francés. En él se pueden distinguir tres zonas claramente delimitadas: una que perteneció al Convento de Bonaval (dentro del cual se hallan el Museo del Pueblo Gallego y el Panteón de Gallegos Ilustres) y que los monjes solían usar como huerta.
En esta parte además está situada una estatua de Eduardo Chillida llamada A porta da música (La puerta de la música). La segunda parte es la del antiguo cementerio, desde donde hay una vista panorámica de la ciudad antigua y la tercera parte, separada de la anterior por un muro de piedra, es la del antiguo robledo. En ella se colocó la primera antena de radio de Galicia, y quedan restos además de una mina y un lavadero.
Museo do Pobo Galego
Es un museo que se encarga de salvaguardar tradiciones y costumbres del pueblo gallego que a menudo resultaron olvidadas o relegadas de la historia oficial, pero que forman parte de su esencia y ayuda a entender su evolución. Merece mucho la pena entrar tanto por las exhibiciones interiores como por el edificio que las alberga, el Convento de Santo Domingos, donde se encuentra una maravillosa escalera de triple espiral, única en el mundo.
Y en una de las capillas de la iglesia podréis encontrar el Panteón de Gallegos Ilustres, donde se hallan enterrados algunos de los gallegos más importantes de los siglos XIX y XX como Rosalía de Castro, Castelao o Ramón Cabanillas. La entrada cuesta 4€ y se puede visitar en los siguientes horarios:
De martes a sábado:
10:30 -14 horas // 16 – 19:30 horas
Domingos y festivos:
11 – 14 horas
Los lunes está cerrado.
Praza da Quintana
Situada en la parte trasera de la Catedral, esta plaza es otro de los lugares más importantes que visitar en Santiago. Está dividida en dos planos:
- La parte inferior o Quintana de Mortos, que fue lugar de enterramiento hasta 1780, cuando por razones sanitarias y falta de espacio se optó por el cementerio de San Domingos de Bonaval, y más tarde, por el actual camposanto de Boisaca.
- La parte superior o Quintana de Vivos.
Está delimitada al este por el muro del Monasterio de San Paio de Antealtares, fundado por Alfonso II en el siglo IX para custodiar el recién descubierto sepulcro del Apóstol. Hoy está habitado por monjas benedictinas de clausura, cuyo canto del servicio de vísperas puede ser escuchado todos los días a las 19:30 horas.
Destaca la torre del Reloj de la catedral, que recibe el nombre de Berenguela en honor al arzobispo Berenguel de Landoira, quien ordenó su construcción en el siglo XIV. La fachada de la catedral que da a la plaza tiene tres puertas, dos de ellas en la Quintana de Mortos y otra en la Quintana de Vivos. La Puerta Santa permanece siempre cerrada con una reja salvo en los años santos jubilares, y se abre cada 31 de diciembre del año anterior al Santo.
La función que tiene ahora data del siglo XVII. Sobre ella puede verse a Santiago y a ambos lados de la puerta están colocadas 24 estatuas procedentes del coro románico construido por el Maestro Mateo y que fue deshecho en el siglo XVII. Por esta puerta se accede a un pequeño patio a cuyo fondo está la verdadera Puerta Santa por la que se entra a la girola del ábside.
La segunda puerta es la llamada Puerta Real, por ser aquella por la que los Reyes de España hacían su entrada en la Catedral. La tercera puerta es la llamada puerta de los Abades, situada ya en la denominada Quintana de Vivos que permite el tránsito por los espacios interiores de la cabecera y desemboca en la capilla de la Corticela.
Al caer la noche y encenderse el alumbrado de la plaza, aparece un misterioso morador, la llamada Sombra del Peregrino, puesto que sobre la pared de la Catedral se proyecta la sombra de un peregrino a la antigua usanza, con sombrero y bordón. Sin embargo, siento deciros que no es algo ultraterrenal, sino que se debe al reflejo creado por la iluminación nocturna de la basílica sobre un pequeño pilar de granito al que va enganchado el cable del pararrayos… pero como es más bonito pensar en algo sobrenatural ahí va una leyenda:
Dicen que pertenece a un sacerdote que mantenía relaciones con una religiosa del convento de San Paio y que todas las noches se reunía con ella cruzando un pasadizo existente bajo la escalinata de la Quintana y que unía la Catedral al convento. Después de algún tiempo el sacerdote propuso a la religiosa escaparse juntos para vivir su amor libremente. Se citaron al anochecer y el clérigo se disfrazó de peregrino para no llamar la atención y la esperó pacientemente, pero ella no acudió a la cita. Desde entonces, al anochecer él sigue acudiendo puntualmente a la cita todas las noches.
Plaza de Platerías
Esta plaza debe su nombre a los talleres de plateros que trabajaban en ella durante la Edad Media para producir y vender todo tipo de objetos de plata a los peregrinos. Conserva la única fachada románica de la catedral y la Torre del Reloj. Data del año 1078 o 1103 y fue severamente dañada durante los alzamientos populares contra el arzobispo Gelmírez en la segunda década del siglo XII, por lo que fue reconstruida pocos años más tarde.
La puerta de As Praterías, que data de entre finales del siglo XI y principios del XII, presenta unas esculturas procedentes de otras partes de la catedral, principalmente de la desaparecida puerta Norte o del Paraíso, derribada en la segunda mitad del siglo XVIII para dar paso a la actual.
En su centro se encuentra la denominada Fuente de los Caballos, en la que se alza sobre 4 caballos una figura femenina con la estrella de Compostela en la mano, que fue la que marcó el camino donde estaba situado el sepulcro del Apóstol.
A la izquierda se halla la Casa del Deán, del siglo XVIII y decorada con motivos geométricos típicos del barroco compostelano, sirvió como hospedaje de los obispos que visitaban la ciudad.
Mercado de Abastos
Aunque hace 3 siglos que se encuentra en el mismo emplazamiento, el mercado actual es de los años 40. ubicado en la Plaza de Abastos entre la Iglesia de San Fiz de Solovio y San Agustín del Norte, cuenta con una gran superficie de más de cinco mil metros cuadrados, dividida en dos plantas que se abren en una nave central, que ofrece productos frescos a los compostelanos, peregrinos y turistas que llegan desde todas partes del mundo.
Hay productos frescos de mar y montaña, así como las típicas señoras con sus mandiles de cuadros que venden sus propias frutas y verduras, tan entrañables que en el cercano pueblo de Ordes les dedicaron un mural .
Ciudad vieja: Rúa do Franco – Rúa do Vilar – Rúa Nova
Alrededor de la catedral se encuentra la ciudad vieja, un entramado de callejuelas con mucho encanto entre las que merece la pena perderse. Recorrer esta tríada de calles es un imprescindible en una visita a Santiago de Compostela.
En la Rúa do Franco se encuentra el Colegio de Fonseca, fundado en la primera mitad del siglo XVI, fue el primer edificio propio de la Universidad de Santiago de Compostela. También se encuentran la Capilla y la Fuente del Apóstol, donde dice la leyenda que brotaron aguas milagrosas cuando pasaron por allí los bueyes que traían los restos del apóstol hacia su lugar de entierro. Muchos pueden pensar que su nombre se debe a Francisco Franco, pero en realidad esto es debido a que en esta calle en la Edad Media se instalaron multitud de tabernas para dar servicio a la gran cantidad de peregrinos que pasaban por allí en dirección a la catedral, y dado que estos provenían en su mayoría de los Pirineos, se les identificaba como los francos y ahí quedó tal denominación.
Conocida también con el sobrenombre de “Calle de los Vinos”, es (o era, creo que ya no se lleva tal costumbre) protagonista de la ruta nocturna que instauraron los estudiantes de la Universidad, llamada el Rally París-Dakar. Consistía en parar en cada taberna de esta calle desde el bar con el nombre París hasta el bar Dakar y beber una taza de vino contando un chiste. No sé si alguien fue capaz de completar tal hazaña, pues con la cantidad de locales que pueblan dicha calle, hay que tener un hígado a prueba de bombas…
En la Rúa do Vilar hay un montón de casas que pertenecieron a familias nobles, con sus blasones y trabajos de cantería. En los bajos de sus soportales se instalaron galerías de arte, tiendas de antigüedades, joyerías especializadas en objetos de plata, sombrererías y muchas librerías y editoriales. Destacan la Casa del Deán, donde actualmente se encuentra la Oficina del Peregrino, lugar en el que se entrega “La Compostela”, el Pazo de Vaamonde (actual sede el Consorcio de Santiago) y el Casino.
Está conectada con la Rúa Nova a través del callejón de Entrerruas, el segundo más angosto de toda la ciudad con 90 cm de anchura (la calle más estrecha es la rúa Oliveira con sólo 70 cm).
La Rúa Nova comparte estética de soportales y grandes casas señoriales con la anterior. A escasos metros del inicio de la calle se ven ambos lados dos edificios destacables: a la derecha está el conocido como Casa das Pombas, realizada por el arquitecto Domingo de Andrade en el siglo XVII; frente a él se sitúa el Palacio de Santa Cruz, construido a principios del siglo XIX.
Otra construcción importante es el Teatro Principal. Fue durante el siglo XIX el principal centro de reunión social y cultural de los burgueses y en su interior se escuchó por primera vez una película cinematográfica en 1930: El Loco Cantor.
Fuente: https://www.santiagoturismo.com/
Además, aquí se encuentra la iglesia de Santa María Salomé, única dedicada a la madre del Apóstol Santiago. Una curiosidad sobre ella es que en el dorado retablo de San Andrés Apóstol, bajo las columnas salomónicas, se encuentran dos cabezas de ángeles con gafas. (Sip, lo habéis leído bien, aunque en realidad lo más probable es que sean monjes, dado que eran los que las usaban en la Edad Media para leer).
Praza do Toural
Antiguamente estaba dedicada a la venta de ganado, de ahí puede que provenga su nombre (touro en gallego significa toro). Situada cerca de las rúas do Vilar y Nova, destaca en ella el Pazo de Bendaña del siglo XVIII, y actual sede de la Fundación – Museo Eugenio Granell. Durante las fiestas de la ciudad se emplea como escenario de conciertos y actividades culturales.
En la parte superior de la fachada de Bendaña podemos observar una estatua que representa a Atlas soportando una pesada bola del mundo sobre sus hombros. Dicen las malas lenguas que este personaje podrá descansar y dejar caer su pesada carga cuando por debajo de él pase una doncella virgen o un estudiante que nunca haya suspendido ninguna asignatura… parece que el titán tiene la cosa complicada jajaja.
La fuente que se sitúa en su centro tiene una historia curiosa y un pelín siniestra. Los ciudadanos la solicitaron alrededor de 1584, pero no fue instalada hasta 1820, con casi trescientos años de retraso… casi ná!! El motivo de dicho retraso es que el agua llegaba canalizada hasta el edificio de la Inquisición, pero hasta que ésta no fue abolida y su edificio pujado, no se pudo reconducir para uso público. Total, que el agua que pasó a alimentar esa fuente era la misma que bebían los condenados…
Además de todo esto, la figura que la corona no está exenta de polémica, ya que la primera versión mostraba un busto del dios Marte, pero alguien empezó a decir que se parecía al General Quiroga, un liberal proscrito, por lo que se hizo un cambio apresurado a la actual ánfora, algo totalmente neutral a cualquier tendencia política de la época.
Convento de San Francisco
Fue fundado en el lugar de Val de Dios por San Francisco de Asís, quien viajó a Santiago en el siglo XIII. El terreno fue comprado a los monjes de San Martiño Pinario por la simbólica renta anual de una cesta de truchas, que se siguió entregando hasta finales del siglo XVIII. Y como Galicia es tierra de leyendas, aquí va una más sobre su fundación, que aparece descrita en una inscripción en el muro del convento y cuenta que San Francisco encargó su construcción a un carbonero llamado Cotolay, en cuya casa se alojó cuando estaba de peregrino en la ciudad.
Pero éste le replicó que no tenía dinero para realizar semejante obra, así que el santo le mostró un tesoro cerca de la ermita de San Paio do Monte que le permitiría llevar a cabo la construcción. El convento primitivo se derrumbó a comienzos del siglo XVIII, y tan sólo quedan de él cinco arcos apuntados que se conservan en el claustro principal y el sepulcro de Cotolay.
Universidad
«Triste y sola, sola se queda Fonseca, triste y llorosa queda la Universidad… « canta la tuna. Si por algo Santiago es famoso aparte del peregrinaje es por ser una Ciudad Universitaria con gran tradición a la altura de otras típicas como Salamanca o Alcalá de Henares.
Uno de los edificios más bonitos abierto al público es el Colegio Fonseca, que fue mandado construir por el arzobispo Alonso de Fonseca adaptando la casa donde él había nacido para ejercer la función pedagógica allá por el año 1544. La fachada es de estilo renacentista, en cuyo centro destaca el escudo con las cinco estrellas de los Fonseca, rodeado de las imágenes que representan a los Doctores de la Iglesia.
A la derecha de la puerta está la entrada a la capilla gótica y a la izquierda la entrada al Salón Artesonado, antiguo refectorio del colegio y lugar donde estuvo instalado provisionalmente el primer Parlamento autonómico de Galicia. En la actualidad acoge la Biblioteca Xeral da Universidade (Biblioteca General de la Universidad). Destaca el patio, que está rodeado por un claustro típicamente plateresco, obra de Gil de Hontañón.
Parque da Alameda
Un reducto de paz muy cerca de la Ciudad Vieja es este parque, construido en un terreno donado a la ciudad por los condes de Altamira en el siglo XVI. Con el transcurso del tiempo, se amplió para incorporar tres espacios de jardines: el Parque Alameda, el Paseo de La Herradura y La Robleda de Santa Susana.
Los tres caminos principales del parque se diseñaron para dar cabida a las tres clases sociales que existían cuando se creó el parque. El camino de la derecha era para la gente de clase baja; el central era para la nobleza; y el de la izquierda era para los maestros, clérigos y otros profesionales educados. En la zona de la Robleda de Santa Susana (en gallego, Carballeira de Santa Susana) se encuentran hileras de frondosos robles (como su nombre indica) algunos ejemplares de más de 200 años.
El inicio del Paseo de La Herradura está marcado por un par de columnas decoradas con estatuas de leones, por lo que se conoce como la Puerta de los Leones. Si os dirigís hacia el este de dicha puerta encontraréis un mirador donde disfrutar de una hermosa vista del centro histórico de la ciudad con la catedral al fondo. Allí al lado os encontraréis un curioso personaje de bronce sentado en un banco, que no es otro que el escritor gallego Valle-Inclán, creador del movimiento denominado esperpento.
Otra estatua que os llamará la atención por su colorido es la que se sitúa al inicio del Parque de La Alameda dedicado a «las dos Marías». Estas eran dos hermanas vecinas de Santiago que fueron perseguidas y sometidas a vejaciones debido a sus ideologías de izquierda durante la guerra civil española, hasta el punto de que las pobrecillas no acabaron bien de la cabeza. Coralia y Maruxa Fandiño, que así se llamaban, solían salir a pasear por este parque a las dos de la tarde, maquilladas de una manera excesiva y con una indumentaria extravagante e intentando llamar la atención de los universitarios. Es por esto por lo que también se las conoce como «Las dos en punto».
Tapear
Como a estas alturas ya sabréis, la comida en Galicia es prácticamente una religión, con una amplia cultura del buen comer y de forma abundante. Santiago no es una excepción, y además es conocido por sus ricas tapas, gratuitas con la consumición. Un buen punto de partido es la ciudad vieja, en la calle de la Raíña hay un montón de bares, como por ejemplo el Trafalgar, conocido por sus picantes mejillones tigres rabiosos o el Orella, donde su tapa estrella es la oreja de cerdo cocida, con su pimentón y palillo.
Otros lugares típicos son La Tita y el Moha, conocidos por su tortilla; el Cabalo Branco (tapas variadas) o el Abellá y sus cocodrilos (filetes de lomo de cerdo con patatas caseras cortadas al estilo chips). Eso sí, probablemente estarán a reventar de gente. Si la paciencia no es lo vuestro, no dudéis en daros un paseo por estas calles aledañas a la catedral y seguro que en cualquiera de los establecimientos podréis comer más que decentemente.
Cidade da Cultura
Si váis a estar más de un día en la ciudad, una opción es acercarse al monte Gaiás a conocer el polémico complejo de la Cidade da Cultura, proyecto faraónico que Manuel Fraga definió como su «sueño» y que comenzó a construirse en 2001. Se iban a levantar 6 edificios: una hemeroteca, la Biblioteca de Galicia, un teatro de la música, un edificio de nuevas tecnologías, otro de servicios centrales y el museo de Historia de Galicia; y estaría terminado en tres años. A día de hoy sólo se han construido cuatro edificios y La Xunta lleva invertidos ya 400 millones, el triple de lo previsto. Como curiosidad, su diseño corresponde al arquitecto Peter Eisenman, creador del Memorial del Holocausto en Berlín.
Aitor
Desde que era niño no he vuelto a Galicia y este año tras perder nuestro vuelo internacional no quedaremos en España y visitaremos Galicia si o si. Como Santiago hay que visitarla y con este post es mucho mas facil
Muy curiosa la historia de las dos Marias y gracias por los consejos gastronicos, soy un fan de las Orejas!!!
Rocío
La verdad es que este año en temas de viajes nos han cambiado los planes totalmente, menos mal que España es un país maravilloso y posee infinidad de paisajes diferentes para todos los gustos. Y en el caso de Galicia no puedo ser imparcial porque nací allí, pero cualquier zona a la que vayáis seguro que os gusta y además lo de que se come bien no es ningún mito 😉
Viajando el Mapa
Una guía supercompleta de la ciudad! Recomiendo consultar las exposiciones de la Cidade da Cultura. En los últimos años han traído colecciones impresionantes, como la última que visitamos «Galicia, un relato no mundo».
Rocío
Pues mira, eso me lo apunto, que en la Cidade da Cultura no he estado todavía. Me alegro que después de tanta discordia por el despilfarro por lo menos sirva para algo y traiga exposiciones interesantes ?
Los Viajes de Héctor
A día de hoy, todavía no he tenido la oportunidad de conocer nada de Galicia. Está claro que cuando vayamos, Santiago de Compostela ha de estar dentro de la ruta sí o sí…demasiadas veces hemos visto por televisión la Plaza del Obradoiro coronada por la fantástica Catedral de Santiago como para ir por esas tierras y no conocerla.
Me apunto el resto de lugares de interés: Monasterio de San Martiño Pinario, Parque de San Domingos de Bonaval, Museo do Pobo Galego…etc…además entre plaza y plaza habría que ir probando las tapas esas tan ricas que dices que te ponen con cada consumición, ¿no?…mejillones tigres rabiosos, Orella, tortillas, cocodrilos…se me hace la boca agua…ja, ja, ja
Rocío
Galicia es un paraíso, tiene un montón de sitios que ver, y desde luego su capital no es menos ? Además, después de tantos años cubierta, poder disfrutar de la vista de la Catedral desde la Plaza del Obradoiro es impagable. Y en cuanto a la gastronomía, lo único que os puedo decir es que vayáis con ropa amplia y cómoda, porque la váis a necesitar después de probar tanto plato jajaja